El concepto de este carro se desarrolló en la fábrica de armamento Trubia (Asturias) durante la primera mitad de 1936, quedando abortada su fabricación por el estallido del conflicto. Sus especificaciones fueron retomadas por el Gobierno Vasco y en los astilleros de Sestao (Vizcaya) se llegaron a fabricar entre 16 y 25 unidades –si bien no todas se llegaron a completar a tiempo.
Buena parte de los completados intervino en numerosos combates en Vascongadas y Cantabria. En estos choques se hizo manifiesta su inferioridad frente a los Panzer I de los sublevados, pero también su superioridad respecto a los pequeños e ineficaces blindados del CTV italiano (balneario de Corconte, agosto de 1937). Hay constancia gráfica de que alguno fue capturado y reutilitzado por la Legión Cóndor.
Las previsiones originales de Trubia consistían en armar el carro con un cañón Arellano en la torreta y una ametralladora Hotchkiss en el casco, pero en la práctica todos los tanques montados en Sestao iban armados con sólo ametralladoras: ya fuesen Vickers, Hotchkiss o Degtyarev, en cualquier combinación.