A partir del siglo XVII, los navíos mercantes catalanes empezaron a favorecer el uso de pabellones blancos con un escudo centrado de Barcelona o Cataluña, en vez de las tradicionales banderas listadas amarillas y rojas (cabe suponer que para homologar su apariencia con las de otras regiones del Imperio).
Al estallar la Guerra de Secesión de 1640-1653, se añadió una flor de lis roja en cada esquina de las banderas, simbolizando la alianza con Francia.
Fuente: Francisco Manuel de Melo, «Historia de los movimientos, separación y guerra de Cataluña», Madrid 1645
Dimensiones: pabellón de popa 12 x 18 mm, banderas de mástil 8 x 12 mm, torrotito de proa 6 x 9 mm, gallardete 4 x 48 mm.